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3.1.10

Kurt Westergaard blanco de los integristas islámicos

Un hombre de 27 años fue abatido por la policía danesa mientras intentaba entrar, junto con otras dos personas, en el domicilio de Kurt Westergaard, autor de la polémica caricatura de Mahoma, ataviado con un turbante en forma de bomba, que enfureció al mundo islámico en 2005. (1)

La alarma saltó cuando las tres personas intentaron entrar en la casa del dibujante aunque la policía reaccionó y logró neutralizar la amenaza. Pese a todo, decenas de vehículos policiales se apostaron en la zona para descartar la posibilidad de una bomba. Entretanto, el atacante herido, que trató de entrar en la vivienda ataviado con un hacha, fue trasladado a un hospital.

"Me encerré en nuestra habitación acorazada para estar más seguro. Él intentó romper la puerta de entrada con un martillo" (luego se supo que era un hacha), declaró Westergaard, quien en el momento del asalto se entraba con uno de sus nietos, de cinco años, con quien se resguardó en una habitación de la vivienda especialmente reforzada.

Bent Preben Nielsen, inspector jefe de la policía de Jutlandia, indicó que el hombre fue reducido después de recibir dos impactos de bala, uno en la mano izquierda y otro en la rodilla derecha.
Seguido por los servicios secretos

La policía indicó que el atacante tenía estrechos lazos con el movimiento islámico somalí Al Shabab y con Al Qaeda en África oriental, y añadió que los servicios secretos seguían sus pasos desde hacía algún tiempo.

Según un comunicado del Servicio de Seguridad e Inteligencia Danés (PET ), el atacante tiene el permiso de residencia en Dinamarca en regla. El texto añade que el individuo "está involucrado con actividades del terrorismo en el este de África".

Las doce caricaturas elaboradas por Westergaard fueron publicadas publicadas por primera vez en septiembre de 2005 en el diario danés 'Jyllands-Posten'. Consideradas ofensivas por numerosos musulmanes, desde ese momento se pusieron en marcha una ola de manifestaciones violentas dirigidas tanto contra el dibujante como con los mismos intereses de Dinamarca.

No obstante, esta tentativa de agresión no es la primera que sufre Westergaard,(2) de 74 años, ya que en febrero de 2008 vio cómo las fuerzas de seguridad detenían a tres personas sospechosas de preparar un atentado contra su persona.

Kurt Westergaard no piensa abandonar Dinamarca


ENTREVISTA | Kurt Westergaard

'Sé que no soy libre, tendré que tener protección hasta que me muera'

'Encontré a un tipo con un hacha en el pasillo'


"No voy a abandonar Dinamarca, ni mi casa, ni mis dibujos. Hay que dejar que las ideas, por controvertidas que sean, salgan al aire libre: no es bueno que estén escondidas".

Así de entero se mostraba el sábado Kurt Westergaard, autor de las polémicas caricaturas de Mahoma, horas después de haber sido atacado con un hacha en su casa de Aarhus (Dinamarca). El islamista tuvo que ser abatido por la policía y está hospitalizado. "Vi a un tipo en el pasillo con un hacha, mi nieta estaba cerca" relata apenas repuesto.

Amenazado desde 2006, esta vez supo reaccionar rápido tras descubrir al intruso y se escondió en la cámara acorazada que le instalaron los servicios secretos daneses en el baño cuando los islamistas pusieron precio a su cabeza. A pocos metros estaba, sola y con una pierna escayolada, su nieta de cinco años. "Sabía que a ella no le harían nada porque la policía me había aleccionado bien y estos tipos sólo van a por su objetivo".

Westergaard no se siente "condicionado" a la hora de seguir dibujando: "Sé que no soy libre y que no lo seré nunca más porque tendré que moverme con protección hasta que me muera".

Pero no va a "malgastar" su vida "teniendo miedo" pese a que para las autoridades danesas hay un "trasfondo terrorista" en este intento de atentado. El atacante, somalí de 27 años, con estrechos lazos con el movimiento islámico somalí Al Shabab y con Al Qaeda en África oriental y tras cuya pista estaban los servicios secretos desde hace tiempo, empezó a aporrear la puerta blindada de mi 'habitación del pánico' con su hacha gritando consignas en danés como 'venganza' y 'sangre'.

"Tras accionar la alarma la Policía llegó en tres o cuatro minutos" e hirió al atacante con dos disparos. Durante esos interminables instantes Westergaard oía llorar a su nieta asustada: "Tuve que tomar una decisión muy difícil en una fracción de segundo, pero sabía que ella estaría bien y que yo no podía enfrentarme con él".

El suceso ha sobresaltado a la apacible sociedad danesa y ha puesto en duda la efectividad de los servicios secretos del país, que habían convertido la casa de Westergaard en una fortaleza con cámaras y ventanas blindadas.
'No me arrepiento de las caricaturas'

Respecto a las caricaturas de Mahoma, este viejo dibujante apasionado por la Guerra Civil española es tajante: "No me arrepiento de haberlo hecho, hay una lucha pendiente que es la de la libertad de expresión y la tenemos que librar con ferocidad". "No sé cuántos potenciales terroristas hay en Dinamarca con ganas de matarme pero sé que la mayoría de los musulmanes que viven aquí son gente pacífica", relata a EL MUNDO.

Una de las doce caricaturas que publicó en el diario danés Jyllands Posten en 2005 y que después fueron publicadas por varios diarios europeos mostraba al profeta Mahoma con una bomba en su turbante. Westergaard la guarda en una vieja carpeta marrón y la enseña a las visitas: "Mi fórmula como dibujante está basada en una anécdota sobre Picasso. Una vez se encontró con un oficial alemán y éste le preguntó: 'Así que usted fue el que hizo el Guernica'. Y Picasso respondió: 'No, fue usted el que lo hizo".

"Siempre hay algún tipo de provocación, y también he sido atacado por los cristianos por ser blasfemo", comenta mientras muestra un dibujo en el que se ve a Jesucristo bajando de la cruz vestido de Armani y saliendo camino de la oficina.

Cuatro años después de que embajadas de Dinamarca alrededor del mundo fueran atacadas y docenas de personas murieran en marchas de protesta, Westergaard pensaba que la polémica se había apagado. Fue lo que le animó a salir a la luz pública y llevar una vida "lo más normal posible", aunque siempre vigilado y equipado con un botón del pánico guardado en su bolsillo derecho.

"Tengo 75 años y eso me da una ventaja: temo menos a la muerte porque tengo menos que perder, me queda menos vida por delante", relata tirando de sarcasmo apoyado en un pesadísimo bastón.

Como autor de las caricaturas incluso fue citado por un tribunal de Jordania para declarar sobre su ofensa al islam. "Hablé con un portavoz del tribunal de Amán sobre el caso y le pregunté que si aparecía por ahí y era condenado, podría comer cerdo dos veces a la semana y se puso furioso".

"Este suceso puede servir para que la gente se dé cuenta del peligro que supone la intolerancia: no se trata de un soldado muerto en el lejano Afganistán, la amenaza está entre nosotros y esto es la prueba". La polémica por las caricaturas, dice, "ha sido como una catarsis en este país. Cuando esta gente vino a Europa no tenían de nada y se lo dimos todo... únicamente les pedimos que se comporten conforme a nuestras tradiciones democráticas, como respetando la libertad de expresión".

A pesar de todo se siente optimista. "He visto el nazismo y el comunismo ser derrotados. Creo que podemos derrotar a otro ismo más, el islamismo, pero dudo que podamos exportar nuestros valores a otras partes del mundo, por eso dudo mucho de lo que estamos haciendo en Afganistán".

Sólo lamenta que "los intelectuales y creadores no nos han apoyado y hay quien ha llegado a decir que si algo me pasa yo me lo he buscado. Y es que la izquierda siempre está buscando alguien a quien proteger, y muchos ven a los musulmanes como víctimas en su conjunto. Y esta victimización generalizada no es buena, crea una paranoia en muchos musulmanes".

Fuente: El Mundo.es

(1) Dinamarca, en el punto de mira del mundo musulmán
(2)Kurt Westergaard: una furia imborrable
Las polémicas caricaturas, paso a paso

Para más información consultar etiquetas: Dinamarca

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2 comentarios :

  1. Tauro4/1/10

    Puedo entender la ira que pudo suscitar la publicación de las caricaturas ( viendo que a un niño le cortan las manos si se atreve a dibujarlo, como bien se puede ver en este Blog.),pero como bien ha dicho tb ha caricaturizado a Jesucristo,y por nuestra parte no ha pasado nada.
    Por otro lado,los radicales estan continuamente criticando la libertad de expresión de los paises democráticos,pero bien que la usan en su favor para hacer sus odiosas manifestaciones en Londres con consignas como "Freedom go to hell","Prepared for the real holocaust","Islam will dominate the world"(Manifestación que los medios no quisieron emitir,pero cuyas fotos circulan por la red.)....etc o tb para QUEMAR Y PISOTEAR LA BANDERA AMERICANA,mientras dicen "No os preocupeis,aqui está permitido"...para eso bien que les interesa la libertad de expresión ¿eh?.Como nos podemos sentir nosotros cuando paseamos por las calles y vemos eso,a mi me da mucha impotencia ver que se hacen ese tipo de cosas en suelo europeo y/o americano.
    Con esto quiero decir, que si exigen respeto que empiecen ellos tb por respetarnos,porque hay determinadas cosas
    ( amor,respeto...etc.) que no se exigen, se ganan.Es como el respeto a Hitler,o Franco...mucha gente seguro que los respetaba de verdad,pero seguro que muchísimos lo hacían por miedo(a no acabar en una cuneta por "rojo",a ser fusilado...etc.)
    Un saludo.

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  2. Anónimo4/1/10

    En el mundo occidental, la libertad de expresión tiene un límite. Cuando se traspasa ese límite, como en el caso de delitos de injuria o calumnia, se recurre a los tribunales de justicia. No se hace justicia cometiendo otro delito, esto es barbarie.

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